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Bienvenidos a mi refugio.

Espero que a todos os guste y os sintáis cómodos. Para mi primera entrada subo y os explico el programa Calibre.

Calibre sirve para pasar archivos en formato .doc o .pdf a formatos que lee los ebooks, y viceversa. Ésta versión es portátil por lo que no hay que instalarla, simplemente abrís el archivo .exe, añadís los libros que queréis y le dais a convertir.

Os dejo un vídeo tutorial, que quizá pueda aclarar las posibles dudas que aparezcan:

Y aquí os dejo el enlace para bajaros el programa:


P.D. ¡Se admiten sugerencias! Si queréis que encuentre y suba algún libro no dudéis en ponerlo en los comentarios.

lunes, 27 de julio de 2015

Historia larga de One Piece: Fukano Densetsu (La leyenda imposible) - Cap. 7

Disclaimer - One Piece y sus personajes pertenecen a Eiichiro Oda

Fukanō Densetsu

Capítulo 7.- La fiesta de gala

Nami salió de la habitación oyendo al salir cómo se levantaba y entraba al aseo.

- Mmm... Así que necesita otra ducha...no es tan tonto como pensaba- se dijo a sí misma cerrando la puerta.

La navegante se dirigió a las otras habitaciones para llamar a sus nakamas y bajar todos juntos a la fiesta que el alcalde había preparado en su honor. Todos estaban listos, muy elegantes, incluso Sanji, aunque parecía que iba un poco grogi.

- Chopper, ¿qué le pasa a Sanji?- preguntó un poco preocupada.

- Para evitar un desangramiento mortal esta noche, le he dado un calmante, para que no se emocione tanto.- contestó el médico.- pero hay que encontrar urgentemente su tipo de sangre ya que no puedo mantenerlo drogado toda su estancia en la isla.- terminó apenado el reno.

Cuando todos se reunieron, tocó la puerta de su habitación llamando a Luffy. El capitán salió al momento, pero cuando vio a Nami puso cara rara y se fue a reunir con Zoro.

- Navegante-san... ¿qué le pasa a senchou-san? Jujuju- preguntó Robin en voz baja.

- No se...sólo me he vengado. Quizá está integrando los nuevos conocimientos sobre su cuerpo y lo que una mujer puede hacerle muajaja- susurró malvadamente Nami.

Todavía riéndose por lo bajo, las dos mujeres pasaron por delante de unos hombres desconcertados y uno nervioso, y bajaron las escaleras por las que ya subía jaleo de la fiesta.

Cuando llegaron abajo se encontraron con que toda la gente que estaba al alcance de su vista vestía traje de baño. Los abuelos, niños y adultos forzudos iban con una algarabía de colores en sus cuerpos con bikinis, trikinis, bañadores extraños y bañadores normales. Y para más inri, a lo lejos sonaban chapoteos.

- Pero qué narices está pasando aquí...- susurró Nami.

- ¡NIKUUU!- exclamó Luffy y saliendo corriendo en cuanto olió la carne.

- ¡Luffy! ¡Ni se te ocurra estropear al traje! Quítatelo si piensas bañarte.- ordenó la navegante. El capitán sólo la miró, asintió con nerviosismo y se fue corriendo.- Robin, vamos a buscar a Gaishomaru-san para preguntarle qué pasa aquí.

- Claro, navegante-san.- contestó la arqueóloga sonriendo.

Las dos se internaron en la muchedumbre dejando a los demás pasmados entre tanto bañador. Anduvieron un rato viendo cómo era aquello: todo el mundo semidesnudo, muchos de ellos mojados porque habían montado una piscina en la plaza del ayuntamiento y varias barbacoas a lo largo de la casa y fuera. Al cabo de unos minutos encontraron al alcalde hablando con algunos aldeanos y comiéndose un buen trozo de carne.

- ¡Buenas noches, Gaishomaru-san!- saludó Nami

- ¡Buenas noches! ¡ALERTA! ¿Están disfrutando de la fiesta en su honor, mis visitantes? Pero... ¿qué hacen tan vestidas? ¿Es que no se quieren bañar?- preguntó confundido el niño.

- Sí estamos disfrutando... unos más que otros...-dijo mirando de reojo a un Luffy en calzoncillos saltando en la piscina de fuera.-Lo que pasa es que nadie nos dijo que teníamos que vestirnos para una fiesta de piscina.- lo miró duramente.

- ¡Pero es que es una fiesta de gala! No me dijeron que no sabían que era eso...- contestó apenado el alcalde.

- ¡UNA FIESTA DE GALA NO ES ESTO!- se alteró Nami. Respiró profundamente al ver la cara de terror que puso el pobre Gaishomaru-san.- Lo siento, entonces ¿debemos ponernos el bikini para ir adecuadas?

- Sí...sí...si sus excelentísimas personas quieren, claro...- dijo asustado el alcalde.

- Navegante-san, vamos a cambiarnos que hemos traído ropa suficiente. Muchas gracias por la explicación, alcalde-san.- dijo Robin sonriendo amablemente.

- Pero Robiiin, yo que me había puesto guapa y elegante...- se enfurruñó Nami mientras volvían por donde habían venido.

Pasaron unos minutos y ellas ya estaban con el bikini enfundado, súper sexys ellas, dispuestas a disfrutar de la fiesta al máximo. Como era en su honor sería una desconsideración no aprovecharla. Se acercaron a la piscina y observaron cómo estaba el patio. Podían ver a Luffy haciendo el gamba con Ussop y Chopper que se habían quitado los trajes e iban en ropa interior. Sanji estaba estirado en una tumbona intentando no caerse por el sedante y Zoro estaba en una esquina sentado en el suelo bebiendo sake a punto de sobarse. Fueron a un puesto de barbacoa y pidieron algo de comida.

Cuando Luffy vio a Nami acercarse a la piscina tuvo de nuevo esa sensación, un sentimiento extraño, su presencia lo ponía tan nervioso que su primer impulso fue salir corriendo a la piscina haciendo ver que no le pasaba nada. Decidió dejar de mirarla y seguir jugando y comiendo, así parecía que podía calmar esa sensación. Pero no podía evitar mirarla de reojo de vez en cuando y más cuando hombres altos y musculosos hablaban con ella.

- Qué más me da a mí que vaya con un bikini ajustado y que los hombres pululen a su alrededor...-se cuestionó Luffy en silencio intentado no mirarla.- Si es más de lo mismo, además que yo la he visto desnuda y la he tocado y ellos no.- al pensar esto sintió un extraño calor en sus kintamas.- ¿Eh? ¿Qué pasa? ¿Por qué se está estirando otra vez sin que yo quiera?- se preguntó en voz baja cogiéndose del calzoncillo y mirándose sus partes nobles.

- ¡Luffy! ¿Qué haces mirándote eso en medio de la piscina?- le preguntó Usopp mientras se acercaba a él comiéndose un trozo de carne.

- ¡Usopp! Es que mi mini rey se está estirando solo... ¿qué hago para que me haga caso?- preguntó lastimeramente el capitán.

- Bueno Luffy, para empezar no deberías hacer esto delante de la gente, no puedes ir mirándote tus kintamas rodeado de personas.-respondió Usopp mientras pensaba en qué le podía estar pasando a su capitán ya que lo suponían asexual perdido.- Además –Usopp le dio un sopapo que le mandó la cabeza un metro hacia delante- ¡NO ME PREGUNTES A MI ESAS COSAS!- exclamó el tirador yéndose corriendo.

Luffy todavía más confundido, buscó con la mirada a sus otros nakamas para hacerles la misma pregunta. Encontró a Zoro bebiendo, sentado algo apartado de la fiesta. Se encaminó hacia él sin notas las miradas que la gente le echaba a sus partes ya que había salido del agua sin disimular.

- ¡Por kami-sama, Luffy, haz algo con tu pequeño amigo!- exclamó Zoro al ver el percal de su capitán acercándose y la gente señalando el bulto más que evidente de sus pantalones.

- Pero Zorooo, ¡es que no me hace caso y no sé qué hacer!- respondió haciendo pucheros el capitán.

- Baka senchou... no puedo explicarte estas cosas sin beberme dos jarras más de sake.- dicho esto se levantó cogió dos más y volvió a sentarse frente a Luffy. Se las bebió en un santiamén y le dijo- Luffy...escucha...para que te haga caso y vuelva a ser normal lo que tienes que hacer es cogerla y seguir tus instintos.- explicó medio avergonzado el espadachín.

- Vale, gracias Zoro. Shishishi- y acto seguido se metió la mano en el pantalón.

- ¡PERO QUÉ HACES CARA MOCO! ¡HAZLO EN PRIVADO, DONDE NO HAYA NADIE! ¡AHO!- gritó Zoro al presenciar esa perturbadora escena.

- ¡Hai, Zoro!- exclamó Luffy corriendo al interior de la casa. Subió a su habitación y se sentó en la única cama disponible que había.

Como le había aconsejado el espadachín, cogió a su amigo y se quedó ahí.

- ¿Nani? ¿Y ahora qué? ¿Instintos...?- El capitán se quedó pensativo y de repente se acordó de lo que Nami le había hecho. Su mini rey creció más, él sintió de nuevo ese sentimiento y pensando en lo que había pasado imitó los movimientos que había hecho su navegante.

La sensación que le recorrió fue parecida a la de entonces, pero no tan fuerte. Siguió agarrándosela fuerte y moviendo la mano arriba y abajo, cada vez más rápido, sorprendiéndose a sí mismo, de su boca salieron sonidos extraños. Pero aquello no bajaba, más bien todo lo contrario. Al cabo de un cuarto de hora dándole que te pego, lo dejó frustrado y enfurruñado y fue corriendo a echarle la bronca a Zoro porque no había funcionado y ahora estaba mucho más estirada.

Al pasar entre la gente volvían las cabezas, el bulto que llevaba Luffy era más de visible, parecía una tienda de campaña, casi literalmente. Cuando llegó donde estaba Zoro, él se quedó mirándole perplejo.

- ¿Qué haces aquí otra vez y con esa diana para la vista en los pantalones?- preguntó extrañado.

- ¡Zorooo! Me has engañado, no ha bajado, ¡ha crecido más!- contestó apenado el capitán.

- Kami-sama... ¿por qué me has dado un baka por senchou...?- murmuró Zoro.- Vamos a ver... ¿te has tocado como te he dicho?- preguntó.

- ¡Hai! Y he estado un rato, pero nadaaaa...- respondió triste.

- Vale... ¿Cuándo se te ha estirado sola?- inquirió el espadachín para llegar al fondo del asunto.

- Pues... cuando estaba en la piscina y he visto a Nami...-dijo pensativo.

- Vaya...esto no me lo esperaba...-pensó Zoro- Entonces, sólo ella puede ayudarte a solucionar tu problema, Luffy.

Al escuchar esto se puso nervioso, desde lo que había pasado no podía mirarla a los ojos y no ponerse hecho un flan.

- ¡Arigatou Zoro! Hablaré con ella.-dijo un poco asustado mientras se alejaba.

Se fue a un puesto de carne y estuvo atiborrándose pensando en cómo hablarle de su problema sin morir en el intento, ya que Nami podía vénganse de nuevo de él y esta vez podría ser peor. Se estremeció de miedo sólo de pensarlo.

A todo esto, los demás miembros de la banda estaban disfrutando al máximo de la fiesta: Zoro se durmió en cuanto Luffy le dejó en paz, Usopp, ebrio de sake, se pudo a cantar sus alabanzas y aventuras, Chopper le seguía bailando, Robin y Nami disfrutaron de las atenciones de los hombres apuestos de la isla y a Sanji le habían atiborrado a comida y sake porque no podía moverse y ahora estaba comatoso en la tumbona.

Cuando mucha gente se había ido a dormir a sus casas, los Sombrero de Paja decidieron retirarse a dormir puesto que al día siguiente iban a tener que investigar al demonio que aterrorizaba a los habitantes.

- Venga, todos a dormir que ya es hora.- ordenó Nami nada más subir las escaleras que conducían a sus habitaciones.

- ¡Haii~~!-respondieron todos borrachos. Chopper y Usopp llevando a Sanji se metieron en su habitación y Robin y Zoro entraron a la suya.

- Luffy, vamos.- dijo Nami cogiendo del brazo al capitán.

Al entrar en la habitación la navegante se acordó de golpe que sólo les quedaba una cama.

- Mierda...-pensó Nami.- A ver, tú al suelo y yo a la cama.

- ¿Naniii?-exclamó lastimeramente Luffy. Le miró con carita de pena.

- Bueeeno...pero a un lateral y lejos de mí.-contestó ella pensando que el sake le estaba nublando la razón.

Los dos se metieron en la cama y Luffy al fijarse otra vez en sus curvas se dio cuenta de que sus preciadas partes volvían a estirarse misteriosamente. Se acordó de lo que dijo Zoro y le susurró a Nami:

- Nami... mi amigo se estira solo cuando te miro y no sé por qué... Zoro me ha dicho que tú me ayudarías a solucionar el problema. Shishishishi-dijo Luffy todo inocencia.

- Luffy...entiendo que me digas eso después de haber sufrido mi venganza y que no entiendas nada. Con lo de antes sólo quería provocarte y tontear. Lo que tú me pides es algo que sólo se hace con la persona que amas. No puedo ayudarte si sólo quieres que te baje el calentón. Oyasumi, senchou.


Y dándole un beso en la mejilla, se dio media vuelta y se quedó durmiendo, dejando a un Luffy todavía más perplejo y desconcertado.

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